Somos Rodrigo y Alejandro, dos amigos que nos conocimos en la universidad.
En 2016, mientras estabamos de intercambio en Alemania, hicimos un viaje juntos a Lucerna, Suiza. Subimos al monte Pilatus sin saber que ese día acabaría marcando el rumbo de nuestras vidas.
Como muchos, usábamos el portátil para todo: para estudiar, trabajar, ver series, preparar proyectos… y lo llevábamos siempre encima. De casa a clase, de la biblioteca al gimnasio, del avión a la universidad.
Rodri ya viajaba con una funda muy especial: se la había hecho su abuela antes de irse. Era marrón, porque quería que combinara con sus zapatillas favoritas. Tenía personalidad, era única… pero no era funcional.
Y fue ahí, en mitad de ese viaje, cuando surgió la conversación que lo cambió todo:
¿Por qué nadie hace accesorios que tengan diseño y a la vez funcionen de verdad?


Una necesidad real: la nuestra.
Al volvernos a España, nos dimos cuenta que eramos dos personas que entrenábamos cada día, trabajábamos sin parar y viajabamos siempre que podiamos.
Vivíamos a otro velocidad. Y queríamos productos que aguantaran ese ritmo sin obligarnos a elegir entre estética o funcionalidad. Por eso cada producto que diseñamos tiene una razón de ser.
Queremos que puedas ir al gym, a una reunión o escaparte un fin de semana con la misma mochila.
Queremos que te guste lo que llevas, pero también que te sirva.